Los efectos medioambientales de la obtención de proteínas de origen animal, como la carne, el cerdo y el pescado, generan mucha preocupación. Esto ha llevado a un mayor interés en el uso de larvas de Tenebrio molitor como fuente adicional de nutrición en la alimentación humana y animal.

         Un informe publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) pronostica que la creciente población mundial provocará que en el año 2050 sea necesario garantizar la seguridad alimentaria de 9.700 millones de personas.

         Una mayor población significa que aumentará la demanda de proteínas de origen animal tradicionales, cuya producción deberá crecer un 70% en 2050.

         Por lo tanto, el uso de insectos como alimento es una potencial solución para los problemas que el sistema agroalimentario actual está enfrentando.

         La alimentación a base de T. molitor es beneficiosa  para las personas y la biodiversidad. Beneficiosa para las personas por la calidad de los nutrientes que consumen y para la biodiversidad porque la forma de producción de este insecto contribuye a proteger el medio ambiente y combatir el cambio climático.

Proteínas convencionales y su impacto ambiental

         Comer carne, pescado, productos lácteos y huevo se ha considerado durante mucho tiempo como parte esencial de una dieta saludable y como un indicador del desarrollo social de cada país.

         Sin embargo, el aumento de la producción y el consumo de estos alimentos a escala mundial ha desencadenado preocupaciones ambientales sobre los requisitos de tierra y agua, la contaminación y las emisiones de gases de efecto invernadero

         Las consecuencias medioambientales del actual sistema de producción agroalimentario contribuyen al calentamiento global y al cambio climático.

         Se entiende por calentamiento global al aumento gradual de las temperaturas de la atmósfera y los océanos de la Tierra que se han detectado en la actualidad, mientras que el concepto de cambio climático incluye al calentamiento global y a todos los aspectos sobre los que influye el cambio de los patrones climáticos.

         Para mantener al ganado bovino vivo se mezclan tanto antibióticos como antiácidos en su alimento. Además, están permitidos ciertos anabólicos que promueven el crecimiento. Todas estas sustancias extrañas terminan en los platos de los comensales.

         El estiércol y los desechos ganaderos se escurren hacia las napas, contaminando el suelo y el agua. Los GEI y el amoníaco que emite el ganado se pierden en el aire, contribuyendo al calentamiento global.

         En 2013, la FAO publicó un estudio que calculaba que el 14,5% de las emisiones de GEI corresponden al sector ganadero. Dentro de él, el 65% corresponde al ganado vacuno. El ruido, el olor y las plagas de ratas perjudican la vida de los propios animales, los trabajadores y los pobladores cercanos.

         La ganadería intensiva, además de contaminar el suelo, la tierra y el aire, es uno de los principales factores que aumenta el surgimiento de las zoonosis. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define una zoonosis como una enfermedad o infección que se transmite de los animales a los humanos.

         Algunas zoonosis, como la rabia, se pueden prevenir al 100% mediante vacunación y otros métodos, mientras que otras, como la COVID-19, tienen el potencial de causar pandemias mundiales.

         La producción actual de pescado es otra actividad que está generando grandes daños al planeta. Para 2017, el 34% de las poblaciones de peces marinos se consideraban explotadas hasta su límite biológico o lo habían superado entrando en peligro de extinción.

         La contaminación de la acuicultura se produce tanto por los fármacos utilizados para la cría como por el exceso de alimento que cae al fondo acuático y forma barros putrefactos que matan toda la vida posible en bahías y lagunas.

Desarrollo sustentable con Tenebrio molitor

         La producción de larvas de Tenebrio molitor permite satisfacer las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades. A este tipo de desarrollo lo llamamos desarrollo sustentable.

         Las larvas de escarabajo contribuyen al desarrollo sustentable por varias razones:

  • Son más eficientes en la conversión de alimentos que el pollo, el cerdo y la vaca.
  • Generan huellas mínimas de carbón y agua.
  • El 100% de la larva es comestible.
  • Producen grandes generaciones en menos de tres meses.
  • Se pueden criar de forma vertical y en espacios pequeños.
  • Los criaderos se pueden ubicar en áreas urbanas.
  • Plantean riesgos mínimos de transmisión de zoonosis.
  • Sus desechos son un excelente fertilizante para plantas.

Comparación del impacto ambiental entre proteína de larvas y proteínas convencionales

         En 2021, la FAO publicó un informe que muestra que la producción de insectos es sustentable y compara el impacto medioambiental de las larvas de T. molitor con el de la vaca, el cerdo y el pollo.

         Consulta la siguiente figura para conocer la comparación entre la producción de proteína de escarabajos y proteínas convencionales en términos de sustentabilidad:

En conclusión ¿debemos dejar de comer carne?

          La solución no es dejar de comer carne, pollo, pescado o productos lácteos, sino que hay que dejar de comer de forma insostenible.

         Debemos actuar de manera consciente y mesurada, incorporando proteínas alternativas beneficiosas para el medio ambiente.

         Si deseas reducir el consumo de proteínas convencionales para mitigar los daños al planeta, la mejor opción es complementar tu dieta con vegetales e insectos producidos de forma sustentable.

         La larva de Tenebrio molitor representa uno de los sistemas de producción animal más eficientes del mundo. De este insecto se obtiene proteína de altísima calidad y fertilizante óptimo para plantas, a su vez que suma valor a la cadena de producción mediante un impacto medioambiental mínimo.